Miró la foto y contuvo las lágrimas. Sus ojos lo miraban ya distante, con lástima, con pena...como arrepintiéndose de haberlo dejado. Habían pasado dos años ya, viviendo ese sufrimiento eterno, esa ausencia cruel. Cada día era más débil, iba muriendo en vida, cada vez, más cerca de ella. Casi sin pensarlo, tomó esa foto, que le había sacado el día que egresaron, perteneciente a un pasado feliz tan ajeno ya, y abrió la ventana del balcón, predijiendo lo que iba a ocurrir. Pensó que lo decepcionaba ese descenlace, recordó momentos en los que creía que iba a haber uno mejor, que no incluyera final y dolor. Se tomó de la baranda, tomó un aliento, miró hacia el cielo, y sin sentirlo casi, se dejó caer. Cerró los ojos y mientras caía su voz sonó en su mente. La escuchaba llorar, gritando, como si estuviera tratando de sacar un puñal de su pecho, decia: “lo que hizo la vida de nosostros, podría haber sido cambiado, si hubieramos marcado nuestro propio destino, desligados de nuestras tragedias, y mas profundos pesares, si hubieramos visto mas alla de la tormenta, y hubieramos comprendido que siempre sale el sol” y justo cuando él empezaba a volar,al suelo cayó.



c.p