Mis palabras son sólo un iluso intento de arrebatar las incertidumbres que envuelven tu ser, pues deseo convertir el lamento del que carece de una pluma en un llamado a la conciencia.
Perdonenme si no encuentro palabras, ya las aguas sucumbieron mis intentos de respirar y arrastraron con ellas realidades tan cercanas que negligentemente, nadie quiso socorrer.
Una miga en el asfalto llora y se ríe a la vez,
y aquellos dientes de sabio carecen de calcio, cuna y miel.
Si todo es tan liso y tan llano,
tu pensamiento también,
que lo azul es sólo una montaña
para aquellos que saben ver.
Se asoma en su rostro una sonrisa,
mezcla de esperanza, pureza e ilusión,
y ya no son los fríos números aquellos que me darán amparo,
sino la luz de ese gesto, oro puro, del más honesto.
cp.-
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